- … en tu vida has separado la basura y aquí no vas a ser menos. Un domingo puedes tirar perfectamente el vídeo a la moeru gomi sin despeinarte ni un pelo asín.
- … le plantas la cámara de fotos en toda la jeta a la gente sin que te importe un huevo que te pillen o no, lo que les pueda parecer o que se ponga el sol por Antequera.
- … en un nomihoudai multiplicarás el número de bebidas que te vas a beber realmente por cinco y esas serán las que pidas.
- … te quejas sobremanera porque no puedes votar, pero resulta que en tu país no lo has hecho ni para ver que se siente yendo a una escuela después de tantos años.
- … empiezas frases del estilo de “que típica, si es que todos los japoneses…” pero te rayas cuando te meten a ti en el mismo saco que otro napialarga, hecho que ocurre prácticamente cada segundo en cada situación y en especial contigo.
- … te sigues engañando a ti mismo con aquello de “pero si es que ni los japoneses saben escribir kanjis ya” y sigues sin dar un palo al 水 a la hora de saberte más que el de persona y el de árbol.
- … te has metido aposta en el ofuro de un onsen sin ducharte antes, o lo que es peor: con los sobaquillos llenos de jabón.
- … te ofendes hasta salirte granos cuando tratas de comunicarte en inglés y no puedes, para ti todo Cristian debería hablar inglés sólo porque tu lo hablas. Eso si, japonés no aprendas, no vayan a salirte espinillas también y ya tenemos la tarde hecha.
- … te raya la vida que te pare la policía, racistas todos hasta la médula, para pedirte la gaijin card o comprobar que no has chorao la bici, pero en tu país te cambias de acera en cuanto ves que te vas a cruzar con un guiri y ni te digo si se te muda una familia al piso de arriba.
- … te das cuenta que el gobierno te está engañando personalmente para ocultarte que hay radiación de Fukushima hasta en tus calzoncillos abanderado de semipata, ves conspiraciones hasta en los capítulos de Doraemon y arremetes contra la “pasividad” de los que tratan de hacer vida normal en el país. Eso sí, aquí sigues no vaya a ser que no haya nadie para destapar la fosforita verdad.
- … tu idea de integrarte es quejarte a la mínima y a gritos prácticamente por todo: lo petado de los trenes, lo estrecho de los pasillos de las tiendas, las colas para entrar a restaurantes, el sistema de direcciones, el sistema de impuestos, lo poco efectivo de las medicinas para tus inmensos virus, que no te den pañuelos con propaganda por la calle, que las hamburguesas del MacDonalds son la mitad, que el Uniqlo no tiene tallas, que llueva de arriba a abajo y encima tenga los santos huevos de que moje… el día que le veas algo bueno al lugar, te dará un cólico nefrítico. Ahora que seguramente en tu país tampoco cambies mucho y seguro que también disfrutabas la vida a tu entrañable manera tocahuevera.
Inspirado por el gilipollas del MacDonalds del sábado y la lista de llevarás mucho en Japón si…